Control Vehicular

OFICINA INDUSTRIAL

2015 | 600M² | Hermosillo, Sonora

Fotografía: Juan Luis Fernández

La seguridad en el transporte de personal y carga de las empresas mineras tienen gran importancia, como también lo tiene el costo del combustible y operación, teniendo en cuenta la difícil geografía que prevalece en los emplazamientos mineros, que predispone e incrementa los riesgos de accidente con posibilidad de pérdidas humanas y gastos onerosos. La unidad minera La Herradura se ubica en el ejido Juan Álvarez, municipio de Caborca, Sonora. La cual inició operaciones en el año de 1997 y a la fecha aún continúan los hallazgos en el área de exploración, así como el crecimiento de su infraestructura e instalaciones.

De aquí la necesidad de un centro de control vehicular para el tajo Centauro, con mayor espacio y capacidad de operadores así como la implementación de nuevas tecnologías. La requisición del nuevo edificio venia acompañada de múltiples necesidades, las cuales debían ser respondidas de manera eficiente para que el diseño del edificio se adaptará a las condiciones físicas de su ubicación, a un presupuesto y tiempo estipulado de obra. La primera condición de diseño fue la ubicación del proyecto, en un punto estratégico del tajo, específicamente en terreno compactado producto de material de volteo, en una de las posiciones con mayor visibilidad y de mayor altura al tajo.

Los materiales para su construcción debían ser prefabricados y totalmente desmontables, además que se debía aprovechar un inventario de material de re-uso de otras edificaciones que ya no estaban en función. El diseño arquitectónico y desarrollo de ingenierías debía ir en función del presupuesto y del tiempo para llevar a cabo la construcción del edificio, por lo que se trabajó en un proyecto de ensamble para trabajar la mayor parte en taller y montar en sitio, lo que optimizo los tiempos de ejecución de obra. Para lograr el diseño optimo había que conocer de primera mano cómo trabajan los técnicos e ingenieros de este departamento que opera las 24 horas del día, monitoreando en tiempo real la entrada y salida de vehículos al tajo, garantizando la optimización de recursos y seguridad del personal de campo. 

Una de las principales inquietudes de los usuarios, fue crear un espacio de trabajo cómodo y atractivo que represente la impecable e importante labor que realizan durante largas jornadas. Por lo que se trabajó en una propuesta que no solo resolviera los aspectos técnicos como suelen ser en este tipo de construcciones industriales, si no buscar un equilibrio entre el diseño junto con todos los materiales de construcción y de instalaciones para lograr un edificio que sin ser de gran escala sea un orgullo y de gran motivación para sus usuarios.

Al ingresar al edificio por el acceso principal te recibe un gran vestíbulo con vista al tajo, en este espacio se expone una maqueta a escala con los distintos tipos de vehículos que operan en la mina. A los extremos se desarrollan las distintas áreas de cubículos y oficinas operativas propias del control vehicular las cuales se comunican por medio de pasillos que de igual manera rematan en dos módulos de servicios los cuales cuentan con sanitarios, área de copias e impresiones, site, cocineta, comedor, cuarto de limpieza, cuarto de máquinas y salidas de emergencia.

En la segunda planta se cuenta con una oficina operativa y una gran sala de juntas con vista y terraza panorámica al tajo. Al exterior del edificio se generaron muros secundarios de piedra (sistema gavión), con tres objetivos principales, el primero formar una composición visual del edificio con el mismo elemento de extracción del lugar: piedra. El segundo objetivo fue generar una techumbre que brindara sombra a los ventanales de las distintas oficinas y cubículos.

Y por último, ocultar todos los equipos de aire acondicionado que se instalaron a nivel de piso. Para los usuarios del edificio, el mirador panorámico se ha convertido en un lugar de reunión esencial del edificio, no solo para los operadores, sino también para las visitas, directivos e incluso inversionistas que acuden al lugar, donde es posible explicar y apreciar la operación del tajo.